La acidez estomacal es una sensación de ardor en el pecho causada por el ácido del estómago que asciende hacia el esófago. El reflujo gastroesofágico ocurre cuando el contenido ácido del estómago regresa al esófago de manera frecuente. Los síntomas principales incluyen sensación de quemazón en el pecho, regurgitación ácida, dolor torácico y dificultad para tragar. Los factores desencadenantes más comunes son comidas abundantes, alimentos grasos o picantes, alcohol, tabaco, estrés y determinadas posturas corporales.
Para el tratamiento de la acidez y reflujo gastroesofágico, en España están disponibles varios tipos de medicamentos:
Los antiácidos se toman según necesidad, generalmente después de las comidas. Los inhibidores de la bomba de protones deben tomarse en ayunas, 30 minutos antes del desayuno. Es importante no exceder la dosis recomendada y consultar con el farmacéutico sobre posibles interacciones medicamentosas, especialmente en pacientes con tratamientos crónicos.
La diarrea se clasifica en aguda (menos de 14 días) y crónica (más de 4 semanas). La diarrea aguda suele ser causada por infecciones virales, bacterianas, intoxicaciones alimentarias o medicamentos. La diarrea crónica puede indicar trastornos más serios como síndrome del intestino irritable o enfermedades inflamatorias. Se debe consultar al médico si hay fiebre alta, sangre en las heces, deshidratación severa o si los síntomas persisten más de 3 días.
Los tratamientos disponibles en farmacias españolas incluyen:
Es fundamental mantener una hidratación adecuada y seguir una dieta blanda. Los probióticos son especialmente útiles tras tratamientos antibióticos para restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal.
El estreñimiento se define médicamente como la disminución en la frecuencia de las deposiciones (menos de 3 por semana) o la dificultad para evacuar. Los síntomas asociados incluyen heces duras, sensación de evacuación incompleta, esfuerzo excesivo y distensión abdominal. Los principales factores de riesgo comprenden dieta pobre en fibra, sedentarismo, edad avanzada, ciertos medicamentos y condiciones médicas específicas.
Las opciones farmacológicas incluyen diversos tipos de laxantes según la necesidad del paciente:
Es fundamental incorporar cambios en el estilo de vida, incluyendo ejercicio regular, dieta rica en fibra con frutas y verduras, y mantener una hidratación adecuada con al menos 8 vasos de agua diarios para facilitar el tránsito intestinal.
Las náuseas y vómitos pueden originarse por múltiples causas. El mareo por movimiento durante viajes es una causa frecuente, así como los efectos secundarios de ciertos medicamentos. También pueden ser síntoma de trastornos digestivos como gastritis, úlceras o infecciones gastrointestinales.
Los tratamientos disponibles incluyen varios principios activos efectivos:
La elección del tratamiento depende de la causa subyacente y la intensidad de los síntomas, siendo recomendable consultar con el farmacéutico para una orientación personalizada.
El dolor abdominal puede manifestarse de diferentes formas según su origen. Los cólicos intestinales se caracterizan por contracciones dolorosas e intermitentes del intestino, mientras que el síndrome del intestino irritable provoca molestias abdominales crónicas acompañadas de cambios en el hábito intestinal. El dolor por gases es frecuente y suele localizarse en diferentes zonas del abdomen, causando distensión e incomodidad.
Para el manejo del dolor abdominal disponemos de varios grupos terapéuticos. Los antiespasmódicos como Buscapina y Spasmoctyl ayudan a relajar la musculatura intestinal, reduciendo los espasmos. Para las molestias por gases, productos como Aero Red facilitan su eliminación. En casos específicos, pueden requerirse analgésicos diseñados para el dolor abdominal.
Es importante reconocer las señales de alarma que requieren atención médica inmediata:
La gastritis es la inflamación de la mucosa gástrica, causada principalmente por la bacteria Helicobacter pylori, el uso prolongado de antiinflamatorios (AINEs) o el consumo excesivo de alcohol. Los síntomas incluyen dolor epigástrico, sensación de ardor, náuseas y digestiones pesadas. Sin tratamiento adecuado, puede evolucionar hacia úlceras pépticas o complicaciones más graves.
Los protectores gástricos forman una barrera protectora sobre la mucosa dañada. El sucralfato, disponible como Urbal en España, se adhiere a las lesiones ulcerosas facilitando su cicatrización. El misoprostol se reserva para casos específicos, especialmente cuando la gastritis es causada por medicamentos. Las combinaciones terapéuticas permiten abordar múltiples mecanismos de la enfermedad.
La prevención incluye mantener horarios regulares de comida, evitar ayunos prolongados y moderar el consumo de alimentos irritantes. Es fundamental evitar factores como el tabaco, alcohol, café en exceso y el estrés crónico que pueden agravar la condición.