Los analgésicos son medicamentos diseñados específicamente para aliviar o eliminar el dolor, siendo uno de los grupos farmacológicos más utilizados en España. Su función principal consiste en interrumpir las señales de dolor que viajan desde la zona afectada hasta el cerebro, proporcionando así el alivio necesario para mejorar la calidad de vida del paciente.
Estos medicamentos actúan en el sistema nervioso mediante diferentes mecanismos, algunos bloqueando la producción de sustancias inflamatorias como las prostaglandinas, mientras que otros interfieren directamente con la transmisión de las señales dolorosas en la médula espinal y el cerebro. Esta diversidad de acción permite abordar diferentes tipos de dolor de manera efectiva.
Es fundamental distinguir entre el dolor agudo, que aparece súbitamente y tiene una duración limitada, y el dolor crónico, que persiste durante más de tres meses. Esta diferenciación es crucial para seleccionar el tratamiento analgésico más apropiado. El uso responsable de estos medicamentos, siguiendo siempre las indicaciones médicas y farmacéuticas, es esencial para evitar efectos adversos y garantizar su eficacia terapéutica.
En el mercado español encontramos diferentes categorías de analgésicos, cada una con características específicas adaptadas a distintos tipos e intensidades de dolor.
Este grupo incluye el paracetamol y los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como el ibuprofeno, diclofenaco y naproxeno. Son especialmente efectivos para dolores leves a moderados y procesos inflamatorios. El paracetamol destaca por su perfil de seguridad, mientras que los AINEs ofrecen además propiedades antiinflamatorias.
Para dolores más intensos se emplean opioides como tramadol y codeína, que actúan directamente sobre receptores específicos en el sistema nervioso central. Requieren prescripción médica y un seguimiento más estricto debido a su potencial de dependencia.
Los analgésicos tópicos y locales proporcionan alivio directo en la zona afectada, minimizando los efectos sistémicos y siendo ideales para dolores musculares y articulares localizados.
En España, existe una amplia variedad de analgésicos disponibles sin receta médica que pueden adquirirse directamente en farmacias para el tratamiento del dolor leve a moderado. Estos medicamentos son seguros y eficaces cuando se utilizan siguiendo las indicaciones del prospecto y las recomendaciones del farmacéutico.
El paracetamol es uno de los analgésicos más utilizados y seguros para el alivio del dolor y la reducción de la fiebre. Las marcas más conocidas en España incluyen Gelocatil, Efferalgan y Termalgin. Está disponible en múltiples presentaciones como comprimidos, sobres efervescentes, cápsulas y jarabes para uso pediátrico.
El ibuprofeno pertenece al grupo de antiinflamatorios no esteroideos (AINES) y es especialmente eficaz para dolores acompañados de inflamación. Entre las marcas comerciales más populares encontramos Espidifen, Nurofen y Dalsy. Se presenta en comprimidos, sobres, cápsulas blandas y suspensiones orales.
Conocido comúnmente como aspirina, el ácido acetilsalicílico ofrece propiedades analgésicas, antiinflamatorias y antipiréticas. Las presentaciones más reconocidas son Aspirina y Adiro, disponibles en comprimidos efervescentes, masticables y de liberación prolongada.
El naproxeno es un AINE de acción prolongada, ideal para dolores que requieren un alivio duradero. Se comercializa bajo las marcas Antalgin y Naprosyn, principalmente en forma de comprimidos recubiertos.
Las dosis varían según el principio activo y la edad del paciente. Es fundamental respetar las siguientes recomendaciones generales:
Los analgésicos con receta médica están indicados para el tratamiento del dolor moderado a severo y requieren prescripción facultativa debido a su mayor potencia y posibles efectos secundarios. Estos medicamentos deben utilizarse exclusivamente bajo supervisión médica.
El tramadol es un analgésico opioide sintético utilizado para el dolor moderado a severo. Se presenta en diferentes formulaciones, incluyendo combinaciones con paracetamol que potencian su efecto analgésico. Está disponible en comprimidos de liberación inmediata y prolongada.
La combinación de codeína con paracetamol ofrece un efecto analgésico superior al de cada componente por separado. Las marcas más conocidas son Codeisan y Algidol, presentadas principalmente en comprimidos y cápsulas.
El metamizol, comercializado como Nolotil, es un analgésico y antipirético muy eficaz, especialmente indicado para el dolor postoperatorio y cólicos. Se presenta en comprimidos, ampollas inyectables y gotas orales.
El dexketoprofeno, conocido comercialmente como Enantyum, es un AINE de acción rápida especialmente indicado para el dolor agudo. Está disponible en comprimidos recubiertos, sobres granulados y ampollas para administración intramuscular.
La prescripción médica para estos analgésicos es fundamental por varias razones importantes:
Es esencial seguir siempre las indicaciones del médico prescriptor y no modificar las dosis ni la duración del tratamiento sin consulta previa. En caso de dudas sobre la medicación prescrita, consulte con su farmacéutico de confianza.
El uso responsable de analgésicos requiere conocer las dosis máximas diarias recomendadas para evitar efectos adversos. Para el paracetamol, la dosis máxima es de 4 gramos diarios en adultos, mientras que el ibuprofeno no debe superar los 1.200 mg diarios sin supervisión médica. La aspirina para dolor se limita a 3 gramos diarios.
Es fundamental considerar las interacciones medicamentosas, especialmente con anticoagulantes, antihipertensivos y otros antiinflamatorios. Los AINE están contraindicados en el tercer trimestre del embarazo y deben usarse con precaución durante la lactancia, siendo el paracetamol la opción más segura en estas situaciones.
Los efectos secundarios más comunes incluyen molestias gastrointestinales, náuseas y, en caso de los AINE, riesgo de úlceras pépticas. Los grupos de riesgo requieren especial atención:
La selección del analgésico apropiado depende principalmente de la evaluación del tipo e intensidad del dolor. Para dolores leves a moderados sin inflamación, el paracetamol es la primera opción por su excelente perfil de seguridad. Cuando existe componente inflamatorio, como en dolores musculares o articulares, los AINE como ibuprofeno o diclofenaco son más efectivos.
La edad y el estado de salud del paciente son determinantes cruciales. Los adultos mayores requieren dosis menores y mayor vigilancia, mientras que los niños necesitan formulaciones específicas y cálculo de dosis según peso corporal. Es imprescindible consultar al farmacéutico cuando existan dudas sobre la selección o cuando se tomen otros medicamentos simultáneamente.
Se debe acudir al médico si el dolor persiste más de tres días, empeora progresivamente o se acompaña de fiebre alta, inflamación severa o síntomas neurológicos. Las alternativas no farmacológicas como aplicación de frío o calor, fisioterapia y técnicas de relajación pueden complementar eficazmente el tratamiento farmacológico, permitiendo reducir las dosis necesarias.
